Cuando tus juicios son contra tí….

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A veces tengo la sensación de que perdono,  pero lo que más me cuesta es hacerlo conmigo mismo. Los vicios, los malos hábitos, la insuficiente autoestima, la incapacidad de llevar a cabo proyectos… todo esto me provoca cierto dolor y no sé como reflejarlo en el juicio a los otros. Es a mi mismo a quien juzgo con dureza. Aunque veo claro que estoy donde tengo que estar, me cuesta entender y paso temporadas de aislamiento y sufrimiento

Hola Luis!

Gracias por tu pregunta, porque es la pregunta de mucha gente. Yo puedo hacer The Work (Las 4 preguntas) con los juicios que tengo hacia mí misma, ¿Por qué no? ¿Qué me lo impide?

Ahora…. ¿Por qué Byron Katie nos invita a hacer The Work con los Juicios que tenemos hacia los demás? Mi experiencia es que esa es la mejor forma de ir amándome a mi misma cada día más. Voy a intentar compartir aquí como ocurre en mi, con un ejemplo personal.

Yo era muy dura, perfeccionista y exigente conmigo como madre. Nunca llegaba a ser la madre que yo quería ser. Me machacaba a la mínima y no sabía qué hacer con ello. Y esa forma de verme a mí misma es una de las cosas que ha cambiado muchísimo, sin haber hecho The Work nunca en esos pensamientos sobre mí misma. ¿Como ha ocurrido, entonces? Pues… ha ido ocurriendo solo, ha sido el efecto de hacer procesos completos, como el siguiente:

Recuerdo un día de la madre, en el que ninguno de mis 3 hijos me felicitó. Me puse muy triste. Escribí lo que estaba pensando y sintiendo en la hoja juzga a tu prójimo. Mis pensamientos eran: “mis hijos no me han felicitado”. “No me quieren”, “Quiero que me perdonen si he hecho algo mal”, “Quiero que me feliciten” “Mis hijos deberían quedarse con lo bueno que he hecho” “Ellos deberían sentir que les amo muchísimo” Para ser feliz, “Necesito que mis hijos me regalen un ramo de flores el día de la madre” Mis hijos son desagradecidos, olvidadizos, rencorosos, injustos conmigo. Nunca más quiero sentirme tan sola, triste e injustamente tratada en un día de la madre.

Hice The Work (las 4 preguntas y las inversiones) con todos esos pensamientos. Esta fue la indagación de uno de ellos:

Mis hijos no me quieren.

Pregunta 1: ¿Es verdad? Si

Pregunta 2: ¿Puedo saber que eso es verdad con absoluta certeza, que mis hijos no me quieren? No  (no puedo estar 100% segura, aunque no me hayan felicitado, aunque estuviesen enfadados conmigo, no puedo saber qué está pasando en su corazón y cuanto me quieren o no)

Pregunta 3: ¿Cómo reaccionas, qué sucede cuando creo ese pensamiento, que mis hijos no me quieren? Me pongo muy muy triste. Paso el rato mirando el teléfono. Siento un vacío muy grande en mi pecho. Vienen a mi mente imágenes de recuerdos de los hijos de mis amigas y a de mis sobrinas besando a su madre. Comparo esas imágenes con lo que me está ocurriendo a mí y siento que me hundo cada vez más, mis hombros caen mas y mas hacia abajo, mi cabeza cae, me digo que he debido hacerlo muy mal para que no me quieran, que no he sabido ser la madre que ellos necesitaban y que mis amigas y mi hermana sí lo han hecho bien. Me siento muy muy desgraciada. No tengo ganas de nada. En ese momento afloran adicciones (comida que no me va bien) y obsesiones. Me aíslo. Sufro. Solo quiero acostarme, dormir y no despertar.

Pregunta 4: ¿Quien sería yo, en ese momento, sin ese pensamiento, que mis hijos no me quieren? Me veo en mi casa, mirando el teléfono, viendo que no hay llamadas ni mensajes… y me veo tranquila, conmigo, en paz, sabiendo que puse todo mi corazón en hacerlo lo mejor posible con ellos. Me veo felicitándome a mi misma por haber traído 3 seres preciosos al mundo… me veo a gusto conmigo. Al darme cuenta de que no me han llamado, me sale la sonrisa, …estarán en sus cosas. Está todo bien.

Invierto el pensamiento…  “Yo no me quiero”… No me he querido cuando me he dicho que debí hacerlo mal, no me he querido cuando me he dicho que no me quieren, no me he querido ni gota cuando me he comparado  y me he dicho que otras madres lo han hecho mejor. Lo siento como una puñalada en mi pecho, sobre todo, teniendo en cuenta que siempre intenté hacer lo mejor que pude. Es mucho mas verdad que yo no me quiero en el momento en el que me digo que mis hijos no me quieren.

Otra inversión: “Yo no quiero a mis hijos”….En el instante en el que pienso que son unos desagradecidos, injustos conmigo y que yo no merezco eso, en ese instante no les estoy queriendo. (Estoy queriendo unos hijos que hagan lo que yo quisiera en un dia de la madre y esos, al menos en este momento, no son ellos)

Otra inversión: Mis hijos si me quieren…. Puedo ver que el hecho de que no me hayan felicitado no tiene por qué significar que no me quieren. Es posible que estén entretenidos en sus cosas y no se hayan dado cuenta de que es el día de la madre. Es posible también que hayan pensado: luego la llamo y haya pasado el día (eso a mí me ha ocurrido a veces) y… si estuviesen enfadados y por eso no me han llamado… tampoco significaría que no me quieren. Puedo ver las veces que yo dejé de hablar a mis padres y, sin embargo, les quería con toda mi alma…

Hacer The Work en ese pensamiento me hizo darme cuenta de lo dura que había sido conmigo misma al colocarme en ese lugar de víctima. Seguí haciendo The Work, de la misma manera, en el resto de los pensamientos de la hoja. El último que trabajé fue el de para ser feliz… “necesito que me regalen un ramo de flores por el día de la madre”.

La última parte de The Work es vivir la inversión. Es lo que hago al final, después de haberme hecho las 4 preguntas con todos los pensamientos que había escrito en mi hoja juzga a tu prójimo. Es el lugar en el que yo asumo la responsabilidad de mi propia vida y de mi propia felicidad. Es el lugar en el que dejo de esperar (como un mendigo) que otros me den, para dármelo yo.

He comprobado que lo que yo veo fuera es un reflejo, siempre de la relación que yo tengo conmigo misma. No puedo influir en cómo mis hijos me ven, en si me quieren o no, en si me traen el ramo de flores que anhelo o no… Y, cuando me quedo esperando… me coloco en un lugar que no me hace feliz… así que la última parte de mi trabajo fue vivir la inversión, que era darme yo lo que yo quería que ellos me diesen.

En este caso, la inversión con la que yo me comprometí especialmente, fue….. Para ser feliz… Necesito regalarme un ramo de flores por el día de la madre. Y fui a comprármelo…. además de hacerme listas de todo lo que yo había hecho bien como madre.

También vi los motivos que me llevaron a hacer algunas cosas que a ellos les hicieron sufrir. Me di cuenta de que, con los pensamientos que yo tuve en aquel momento, no pude ni supe hacerlo mejor… y dándome cuenta de esa verdad, pude perdonarme por aquellas cosas “mejorables” como madre.

Y…. me fui a comprar mi ramo de flores. Nunca más desde entonces he esperado un ramo de flores de ellos. El día de la madre, el primer ramo me lo regalo yo…  Años después, en un día de la madre, me levanté, fui a comprar mi ramo de flores y, al llegar a casa, me encontré con otro ramo más y un corazón de pétalos de rosa diciendo: “te quiero, mama”…¡¡Qué curiosa es la vida!!

Luis!! Imagínate que te dedicases a darte a ti mismo todo lo que anhelas que otros te den. ¿No sería una forma de quererte mucho más? y …¿no ocurriría de forma natural el juzgarte a ti mismo cada vez menos? Eso, al menos, es lo que me ocurrió a mí.

Lo que he escuchado de Byron Katie es que, después de años de profunda depresión, y psicoterapias variadas, etc…. un buen día se dio cuenta de que no tenía ni idea de cómo arreglar su vida y su depresión. Pero tenía clarísimo cómo el resto de las personas de su alrededor deberían actuar para mejorar su vida. Entonces comenzó a poner todos estos pensamientos en papel: Pepito debería hacer esto, Mi madre debería hacer esto otro, Mi hermana es una tal y debería comportarse de esta otra manera. Después hacía  The Work  (las 4 preguntas) con esas creencias y luego se dedicaba a hacer ella todo lo que había considerado que deberían hacer los demás. La transformación fue radical.

Esa es mi experiencia también. Mi mente tiende a culpar. Yo antes reprimía esos juicios rápidamente de forma que quedaban inconscientes y lo que quedaba era la culpa. Mi mente juzgaba al otro y luego a mí.

Hacer The Work (Juzga a tu Prójimo-Escríbelo-4 Preguntas-Inviértelo-Vívelo) me permite, en primer lugar, expresar mis emociones tal y como las siento. En segundo lugar, expresar mis necesidades infantiles, tal y como las siento (necesito que me regalen un ramo de flores).Luego, hacerme las preguntas usando la Hoja de Una Creencia a la Vez o con un Facilitador, me hace consciente de lo que no estaba viendo, y me hace consciente de la dureza conmigo misma y con los otros. Por último, uso las inversiones para rematar el trabajo, ver otras perspectivas y tomar nota de lo que voy a darme a mi misma (lo que necesitaba que otros me dieran) y ahí es donde cada hoja me lleva a ser más y más amable conmigo; a amarme mucho mas.

Tu pregunta es muy común porque, en mi experiencia, creemos que si trabajamos con el otro, estamos evitando el juicio con nosotros mismos, que es más fuerte. Hasta que no tuve un tiempo de experiencia con The Work no me di cuenta del poder que tiene trabajar con el Juicio al otro y de cómo esa es una forma muy directa de trabajar conmigo. Desarrollé mi retiro Como Amarme sin Condiciones con The Work de Byron Katie, para dar respuesta, precisamente, a tu pregunta, que es la de muchas personas y donde profundizamos en todo esto que te acabo de contar.

Deseo que mi humilde experiencia te aporte.

Un abrazo.

Chus

 

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